Una letra en huelga

Cansada de que jamás la pronunciaran entre sus compañeras, la letra H se llamó a huelga. Todas las letras del alfabeto se rieron a carcajadas:

  —¿Y qué sacas tú con una huelga? —dijo burlona la A—. A fin de cuentas podremos continuar sin tu presencia.

 La H, como era muda, se las ingenió para dejar muy claro que, en lo adelante, nadie podría contar con ella, ni siquiera para un simple ¡Oh! 

 Las letras cayeron muertas de risa al piso.

 La H, indignada, se retiró a una esquina y comenzó a elaborar el letrero que decía: ¡Estoy en huelga!

 El problema no parecía tan serio hasta que fue necesario reescribir todo texto donde aparecieran letras h. ¡Hasta nuevos diccionarios y teclados hubo que hacer!

 —Tráiganme a la H inmediatamente —sentenció la Real Academia de la Lengua Española.

 La letra H se presentó de inmediato ante la Academia.

 —¿En qué puedo servirles? —dijo, por medio del intérprete la inconforme letra.

 —Doña H, su huelga nos ha ocasionado serios problemas. Explíqueme, ¿por qué nos está haciendo esto?

 —Yo solo deseo que se me tome en cuenta.

 —¿Cómo se le ocurre pensar que no se le toma en cuenta? —comentó sorprendido el Presidente—. ¿No sabe que usted es una de nuestras letras más defendidas. ¿Acaso no se ha enterado de cuántos intentos han habido por sacarla de nuestro alfabeto? ¿Nunca ha escuchado las quejas constantes de las maestras y los maestros cuando sus estudiantes olvidan escribirla? ¡Y ni decir de los correctores lingüísticos y editores de las revistas y periódicos! ¡Es más, no tiene idea de la tristeza que ha causado en la Humanidad, que no cuenta más con su presencia!

El rostro de doña H se iluminó al escuchar todas aquellas declaraciones. No había imaginado cuán importante era en el mundo del español. Doña H, contenta, pero a la vez ruborizada por haber causado tanto caos, se disculpó con todos y, después de haber hecho trizas el letrero de su huelga, se colocó feliz en la posición número 9, como le corresponde en el alfabeto español. Las demás letras no pudieron disimular su entusiasmo y la recibieron con cientos de ¡Hurra! ¡Hurra! y desfilaron orgullosas por Letralandia anunciando al mundo que podían volver a incluir la letra h hasta en los ¡Ah!, ¡Eh! y los ¡Oh! de las expresiones del español.

©Vilma Reyes

San Juan, Puerto Rico